lunes, 30 de junio de 2008

El Caliz de la Amargura

EL CALIZ DE LA AMARGURA


“padre mio si es posible, pase esta copa de mi”

Todos los días como seres humanos nos vemos enfrentados a dificultades, sinsabores, penas, fracasos, desilusiones, desamor, deslealtad… en fin amargura.
Y es que todas las mañanas del hombre, y a todos por igual se les presenta este cáliz, ¿Qué misterio encierra?
El misterio esotérico del cáliz es como beberlo, o más bien, como enfrentarlo, pues existen hombres que reniegan ante el diciendo: “!este cáliz no me corresponde¡”, ¡no es mío¡, ¡por que a mi¡, ¡es de otro!, ¡pero no mío… ante esto lo desparraman ilusoriamente al suelo, o peor aun, a otros…seres…

Y nuevamente como no recordar al divino maestro en el monte de los olivos, solicitando a su padre fuerza, para depurar el cáliz que se le presentaba.

Es menester recordar…, recordar que la copa es solo una, para ambos brebajes (dulzura y amargura), como uno podría llegar a depurar la dulzura sin antes haber bebido la amargura y vaciar así esta, para luego ser llenada con tan preciado elixir de la dulzura?...

No es nada fácil la empresa, ya muchas veces se olvida que, no por la negación o ese acto de repartir nuestra amargura, al otro día la copa será llenada nuevamente y aun con más brebaje ya que cada día tiene su afán.

Por tanto en necesario llevar a cabo este desafió y en definitiva amar la copa no importando que brebaje contenga, en la conciencia de que siempre será nuestro, en su esencia.

Como podría tener fe en dios si derramo la copa…
Como podría tener esperanza en mi, si no la depuro…
Como podría realmente amar a mi prójimo si reniego de su contenido…

Ante esta realidad asumida, es decir en conciencia ante mi copa y entiéndase la conciencia como tomar conocimiento, lo que en definitiva es hacer mió este profundo saber, me permite osar querer saber, al saber querer, luego de este ejercicio, que consecuencia tiene para mi este cáliz y para todos moralmente.

La respuesta es la conciencia entendida en memoria, sin tiempo ni lugar, conciencia de mis actos y sus consecuencias, ya que al depurar el cáliz, el yo soy ante mi fe, mi esperanza y amor, somos uno yo soy el el es yo.

Que trascendente puede llegar a ser este tan amargo brebaje, para el ser, no solo en esta dimensión ya que atendida la inmortalidad de nuestra alma, se sopesa que recordar es lograr ser depurado, si y solo si se tome conocimiento de los hechos.

En otro tiempo y lugar somos libres de elegir, de cual rió beber, uno nos borrara en cierto sentido la memoria o la conciencia de nuestros actos, lo que indudablemente proporcionara una cierta tranquilidad, tranquilidad momentánea ya que la copa se nos presentara nuevamente al despertar una nueva mañana, en otro tiempo y lugar y no solo con el brebaje de ese día, si no ahora entendido, con el de una eternidad.

Fuerza.

Fuerza es lo que necesitamos para enfrentar esta espada de Damocles, fuerza que bien utilizada en el bien se transformara y nos templara en belleza, belleza que será luz, luz que engendrara un nuevo ser y nombre, nombre y luz que creara amor y verdadera paz.

Es mi palabra.

1 comentario:

F Bedoya dijo...

Excelente plancha. Todo su contenido está organizado; plantea interrogantes y es bastante fácil de entender. En conclusión, da buenas luces.

Una sola sugerencia. Agrégale las tíldes y signos de interrogación donde sea necesario. Esto sin duda facilita la lectura.

Un gran saludo.